De pronto todo se hace realidad. Era cierto lo de la ruta de la seda, lo del autentico viaje. Despues de muchos trayectos en minibustes atestados, de esperas en estaciones polvorientas o humeantes y de noches en hostales destartalados. O quizas sea, precisamente gracias a todo eso. El caso es que en Turkistan me llegan los bazares, la Historia, las noches de aventuras, las charlas orientales y las noches bebiendo tranquilamente en Asia Central. A ratos, una unia pintada en mi mano derecha me recuerda que no estan tan lejos los dias en que un grupo de ninios jugaban conmigo y me cuidaban.
Mi unia pintada, el te que me bebo en un tenderete, los amigos. Sin mas pretensiones. En varias semanas de viaje aun no nos hemos cruzado con ningun turista, con ningun extranjero. Tan solo un par de voluntarios americanos del Peace Corps que pasaron por nuestro campo y que, como suele pasar (los de Naciones Unidas se suben al carro) viven vidas de niniatos ricos de vacaciones exoticas. Nos invitaron a su casa y a sus fiestas e intentaron ligar con las companieras. Mas de lo mismo. Tuvimos que huir de puro aburrimiento. A veces, segun como y para que, demasiado tiempo en el pais corrompe. No corremos ese riesgo, esta noche, mirando el mausoleo.
Una vez que Tamerlan, el senior de Samarcanda, convirtio su ciudad en una Jerusalem asiatica, quiso asentar su poder a la estepa. Para eso, en pleno valle del Sir Darya construyo su tercera maravilla. Un edificio gigantesco de cupulas turquesas, formas alegres y esmaltes coloridos en mitad del desierto.
La excusa fue hacer un mausoleo para Ahmed Yasavi, uno de los primeros maestros sufies. Yasavi fue, en el siglo XII, un personaje relevante, tanto como poeta como, sobre todo, por sus ensenianzas religiosas. Coetaneo de Omar Khayan, parece que ambos se hubieran repartido los roles, dentro de un mismo movimiento: uno dio la vertiente religiosa y otro la poetica de un modo de ver la vida apegado a los pequenios detalles de felicidad cotidiana sin perder por ello la trascendencia de la existencia. Cuando Yasavi cumplio la edad en que murio Mahoma (63 anios) se encerro en una cueva a meditar, y nunca mas salio. Lo que salio fue el breve pero intenso movimiento de los "derviches subterraneos" que deberia dar lugar a algun episodio de Corto Maltes. Entre tanto Khayan cantaba al vino, las mujeres y las estrellas en samarcanda antes de Regresar a Persia. Pese a la evidencia, la Enciclopedia Sovietica (sobra decir que sigue siendo la Obra de referencia en el Kazajstan de Nazarbayev) define exclusivamente a Yasavi como "poeta, compositor y hombre de leyes", obviando cualquier trascendencia religiosa.
El mausoleo desmiente a los cientifistas sovieticos. Nada que ver con la falsa tumba diminuta y discreta de Khayan en Shiraz (aunque esta, con su rosaleda y sus bancos, siempre poco concurrida, invita mucho mas a la lectura feliz de sus Rubbaiyat. la tumba autentica esta en Nishapur y la han modernizado). Es una construccion majestuosa, visible a muchos kilometros (tantos, que parece un espejismo en el desierto) destinada a asentar entre los nomadas el gusto por el islam, a atraer pelegrinos y a perpetuar la imagen de Tamerlan. Dicen que quedo subitamente inacabado al morir el emperador y en verdad en la fachada norte -de ladrillo simple- aun permanecen empotradas muchas de las vigas de los andamios que se estaban usando para construirla en ese momento. Sin embargo, el resultado parece bsucado a proposito: junto al refinamiento de los esmaltes persas y los turquesas de anatolia, la rudeza sobria de las estepas. Al fin y al cabo aqui el islam nunca ha calado del todo y los kazacos insisten en creer mas en la tierra y la naturaleza (tan magnéticas) que en los imanes.
El bazar de Turkistan es grande, atestado, colorido y apestoso. Un bazar auténtico, que casi recuerda al de Damasco o a los iranies. Donde solo se puede andar entre empujones, casi todas las mujeres se cubren el cabello y la luz es taimada. Trufado de puestecillos de comida y bebida, resulta exhuberante por todas partes pero especialmente en los apartados dedicados a la pasteria, a las visceras de carne, a las especias y a las alfombras. Tan irresistible que practicamente nos pasamos tres dias sin hacer nada mas que pasear por el, conocer gente, comer en puestecillos y, al atardecer, pasear por el mausoleo. Tomar vodka con pescado ahumado en la muralla del recinto al atardecer, charlar de futbol y religion con kazacos en bares nocturnos que siempre parecen provisionales. Vivir de viaje y en la calle.
Nadie sabe si Kazajstan esta cambiando ahora (como dicen las frases de nuestro presidente, omnipresentes en las vallas de cualquier calle) o hace decenios que es asi. Turkistan parece un trozo de Asia antiguo y real. Almaty intenta ser odiosamente europea y Shimkent esta cambiando. El bazar de Shimkent (que era aun mas famoso, estrecho y sucio que el de aqui) lo han eliminado del centro y en su lugar hay una plaza inmensa, vacia y moderna. En Almaty destruyen hasta el menor trocito melancolico de esa union sovietica que se paro deliciosamente en los anios cincuenta: por no quedar no quedan ya ni grandes cafeterias, ni siquiera libreria de madera llenas de libros escolares. Como en tantas capitales sovieticas elli era costumbre que los recien casados depositaran sus ramos de novia en el monumento a los caidos en la guerra contra el fascismo (la misma costumbre, en Latvia, se reconvirtio en homenaje a la independencia baltica). Ahora, epoca de consumismo, la costumbre se mantiene... pero solo para la fotografia. Una vez hechas las fotos de rigor las parejas recogen susramos y se los llevan a lugares donde disfrutarlos mejor. Al fin y al cabo, alrededor de siempre han proliferado chavales que alquilan palomas para la foto. Por lo demas, en Alma Ata (pese a los esfuerzos de nuetsro gran Presidente la gente sigue utilizando el nombre antiguo, y -en cada ciudad- los nombres comunistas de las avenidas: Lenin y Karl Marx siguen vivos) todo es frio e insensible, grande, europeizado, aburrido.
Por eso mismo, uno se quedaria para siempre en Turkistan, en sus terrazas y en el ritmo calmo de los comerciantes apresurados y los coches pegando bocinazos y haciendo trompos por la noche. Como siempre ha sido.
Mi unia pintada, el te que me bebo en un tenderete, los amigos. Sin mas pretensiones. En varias semanas de viaje aun no nos hemos cruzado con ningun turista, con ningun extranjero. Tan solo un par de voluntarios americanos del Peace Corps que pasaron por nuestro campo y que, como suele pasar (los de Naciones Unidas se suben al carro) viven vidas de niniatos ricos de vacaciones exoticas. Nos invitaron a su casa y a sus fiestas e intentaron ligar con las companieras. Mas de lo mismo. Tuvimos que huir de puro aburrimiento. A veces, segun como y para que, demasiado tiempo en el pais corrompe. No corremos ese riesgo, esta noche, mirando el mausoleo.
Una vez que Tamerlan, el senior de Samarcanda, convirtio su ciudad en una Jerusalem asiatica, quiso asentar su poder a la estepa. Para eso, en pleno valle del Sir Darya construyo su tercera maravilla. Un edificio gigantesco de cupulas turquesas, formas alegres y esmaltes coloridos en mitad del desierto.
La excusa fue hacer un mausoleo para Ahmed Yasavi, uno de los primeros maestros sufies. Yasavi fue, en el siglo XII, un personaje relevante, tanto como poeta como, sobre todo, por sus ensenianzas religiosas. Coetaneo de Omar Khayan, parece que ambos se hubieran repartido los roles, dentro de un mismo movimiento: uno dio la vertiente religiosa y otro la poetica de un modo de ver la vida apegado a los pequenios detalles de felicidad cotidiana sin perder por ello la trascendencia de la existencia. Cuando Yasavi cumplio la edad en que murio Mahoma (63 anios) se encerro en una cueva a meditar, y nunca mas salio. Lo que salio fue el breve pero intenso movimiento de los "derviches subterraneos" que deberia dar lugar a algun episodio de Corto Maltes. Entre tanto Khayan cantaba al vino, las mujeres y las estrellas en samarcanda antes de Regresar a Persia. Pese a la evidencia, la Enciclopedia Sovietica (sobra decir que sigue siendo la Obra de referencia en el Kazajstan de Nazarbayev) define exclusivamente a Yasavi como "poeta, compositor y hombre de leyes", obviando cualquier trascendencia religiosa.
El mausoleo desmiente a los cientifistas sovieticos. Nada que ver con la falsa tumba diminuta y discreta de Khayan en Shiraz (aunque esta, con su rosaleda y sus bancos, siempre poco concurrida, invita mucho mas a la lectura feliz de sus Rubbaiyat. la tumba autentica esta en Nishapur y la han modernizado). Es una construccion majestuosa, visible a muchos kilometros (tantos, que parece un espejismo en el desierto) destinada a asentar entre los nomadas el gusto por el islam, a atraer pelegrinos y a perpetuar la imagen de Tamerlan. Dicen que quedo subitamente inacabado al morir el emperador y en verdad en la fachada norte -de ladrillo simple- aun permanecen empotradas muchas de las vigas de los andamios que se estaban usando para construirla en ese momento. Sin embargo, el resultado parece bsucado a proposito: junto al refinamiento de los esmaltes persas y los turquesas de anatolia, la rudeza sobria de las estepas. Al fin y al cabo aqui el islam nunca ha calado del todo y los kazacos insisten en creer mas en la tierra y la naturaleza (tan magnéticas) que en los imanes.
El bazar de Turkistan es grande, atestado, colorido y apestoso. Un bazar auténtico, que casi recuerda al de Damasco o a los iranies. Donde solo se puede andar entre empujones, casi todas las mujeres se cubren el cabello y la luz es taimada. Trufado de puestecillos de comida y bebida, resulta exhuberante por todas partes pero especialmente en los apartados dedicados a la pasteria, a las visceras de carne, a las especias y a las alfombras. Tan irresistible que practicamente nos pasamos tres dias sin hacer nada mas que pasear por el, conocer gente, comer en puestecillos y, al atardecer, pasear por el mausoleo. Tomar vodka con pescado ahumado en la muralla del recinto al atardecer, charlar de futbol y religion con kazacos en bares nocturnos que siempre parecen provisionales. Vivir de viaje y en la calle.
Nadie sabe si Kazajstan esta cambiando ahora (como dicen las frases de nuestro presidente, omnipresentes en las vallas de cualquier calle) o hace decenios que es asi. Turkistan parece un trozo de Asia antiguo y real. Almaty intenta ser odiosamente europea y Shimkent esta cambiando. El bazar de Shimkent (que era aun mas famoso, estrecho y sucio que el de aqui) lo han eliminado del centro y en su lugar hay una plaza inmensa, vacia y moderna. En Almaty destruyen hasta el menor trocito melancolico de esa union sovietica que se paro deliciosamente en los anios cincuenta: por no quedar no quedan ya ni grandes cafeterias, ni siquiera libreria de madera llenas de libros escolares. Como en tantas capitales sovieticas elli era costumbre que los recien casados depositaran sus ramos de novia en el monumento a los caidos en la guerra contra el fascismo (la misma costumbre, en Latvia, se reconvirtio en homenaje a la independencia baltica). Ahora, epoca de consumismo, la costumbre se mantiene... pero solo para la fotografia. Una vez hechas las fotos de rigor las parejas recogen susramos y se los llevan a lugares donde disfrutarlos mejor. Al fin y al cabo, alrededor de siempre han proliferado chavales que alquilan palomas para la foto. Por lo demas, en Alma Ata (pese a los esfuerzos de nuetsro gran Presidente la gente sigue utilizando el nombre antiguo, y -en cada ciudad- los nombres comunistas de las avenidas: Lenin y Karl Marx siguen vivos) todo es frio e insensible, grande, europeizado, aburrido.
Por eso mismo, uno se quedaria para siempre en Turkistan, en sus terrazas y en el ritmo calmo de los comerciantes apresurados y los coches pegando bocinazos y haciendo trompos por la noche. Como siempre ha sido.
Hola!
ResponderEliminarSomos Gon e Inma, de Viajered.com.El blog que tienes nos ha entusiasmao. Desde los personajes a lo "Borat" del centro de niños, hasta las descripciones de Mongolia o Kosovo.
Gracias por compartirlo
UN abrazo!