En primavera la estepa entera esta verde, de forraje. Dan ganas de hacer como los generales del gran Khan y quedarse aqui a criar caballos. Ahora, sin embargo, el calor la ha secado toda y solo queda el polvo. Cualquier vehiculo que se acerque o se aleje es -antes que nada- una nube de polvo ambulante a lo lejos. Asi tambien el autobus que nos saca, junto a un grupo de chavales, por fin del campo.
El final tambien fue de Mikhaljov, la 'ultima imagen eran personas subiendo paquetes a un autobus destartalado a la luz dorada del amanecer. Despedidas. Ninios que lloran y la galeria de personajes que se presenta ante nuestro autobus: el director barrigudo con los brazos en jarras sobre el pantalon de chandal, el jardinero que mira de lado en media sonrisa agotando una colilla, los profesores con sus panioletas pioneriles puestas y Vladimir sin acordeon. Sacha con su delantal rojo. Falta el fotografo que se habra quedado dormido borrachin en alguna cabania. Empezamos el viaje.

El pueblo en si parece bastante rusificado. Las casas tienen el estilo de dacha con jardin y huerto. Algunas con un par de vacas o cabras. Las mujeres llevan todas un pañuelo anudado a la cabeza y las vacas cruzan tranquilas las calles sin pudor alguno. Paseando nos encontramos de bruces con una pequeña tragedia rural
Todo aqui, absolutamente, parece sacado de un libro de Tolstoi. Por culpa de una colilla han ardido dos establos contiguos.Estaban llenos de heno,del heno que las dos familias se han pasado todo el verano recolectando, para que las vaca y el caballo tuvieran que comer en verano. De pronto lo han perdido todo.
Una senora acarrea cubos y mas cubos de agua, ella sola, para apagar el monton humeante de forraje ennegrecido. La saca del reguero que corre ante su casa y no se detiene pese a lo inútil de la tarea.
La idea de quedarnos aqui no ha sido exclusivamente nuestra sino fuertemente inspirada por los restos del imperio soviético manifestado en forma de direccion de un parque nacional. Nos quisieron timar al mejor estilo comunistoburocratico, pero peleamos un par de dias y al final conseguimos lo que queriamos: un par de dias de excursion a caballo.
Hemos vuelto hoy. Fuimos a ver osos pero llegamos con el calor y ya se habian escondido, pero nos hemos dado un muy buen tute por torrentes y montanias. Al llegar a casa,
me meteria hasta la cintura en un tonel de betadine: La silla rusa y su estribo se encargaron de dejarme el interior de las piernas alvivo, con herida en sitio innombrable incluido. Las zarzas se ocuparon de la parte exterior. En vez de eso consegui que la familia que me acoge me encendiera la sauna. Es una sauna basica, apenas un cuartito con dos bancos, su rincon de piedras calientes y sus dos bidones de agua fria y caliente. Al atardecer entramos en la sauna y cuando salimos habia luna llena sobre las montanias.
Justo en ese momento una manada de centenares de caballos pasaba silenciosa por el camino delante de la casa, en mitad de la noche.
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