El Monzon nos pillo en cowboy soi, al poco de anochecer.
Cowboy soi es el Bangkok mas canalla. La culpa la tuvo el autentico masaje thai.
En
el templo mas milenario de la ciudad descubri que el masaje thai
original se basa en tres principios: la reflexologia, la palanca y los
cracs. Segun mi experiencia la reflexologia consiste en hundir el dedo
en las cavidades carnosas mas insospechadas del cuerpo del paciente,
buscando siempre el dolor intenso. La palanca implica empujar alguna
articulacion del cuepo con los pies mientras con las manos se tira en
sentido ontrario intentando alcanzar el punto exacto en que la pierna (o
el brazo, o el hombro, o la espalda) se parta o se desmembre. Por si
faltara algo, todo buen masajeador disfruta oyendo cracs. cada vez que
algun hueso hace crak siente que es una garantia del trabajo bien hecho.
En definitiva, mis experiencias de autentico masaje thai recuerdan las
torturas a los prisioneros americanos del vietcong y me dejan siempre
baldado.
Es el coste de la autenticidad. Por supuesto, nada que ver con las
burdas imitaciones en las que una muchachita preciosa y en shorts te
relaja acariciandote por todas partes, todas, con aceite aromatico. En
la mayoria de los casos te termina de relajar con un happy end que no
merece la pena describir. En fin, esas burdas imitaciones nos trajeron
al cowboy soi.
Cuando empezo el chaparron ya era de noche. La calle ya tenia encendidos
todos los neones rojos pero en los bares habia mas chicas que clientes.
Llueve a mares y los duenos de los locales empujan el agua de los
toldos con una escoba. Pasa alguna moto y algun peaton por la calle
inundada, sin prisas. Charlamos en la terraza de un bar, bebiendo una
cerveza y es el monzon.
En Cowboy el tiempo parece que se hubiera parado en los dias de la
guerra del Vietnam. En la puerta de cada local hay un hrupo de chicas
con su uniforme. Las del afterskool van con minifalda escasisima de
colegiala, camisa blanca y medias altas. Otras directamente en bikini.
Sobre la barra de los clubes hay pegatinas del cuerpo de marines y de
algunas companias de comandos. Como es temprano las chicas deambulan y
se maquillan en los espejos de las paredes deseando que llegue alguna
vez un grupo de soldados americanos, que es siempre mejor que los
habituales clientes gordos, calvos o frikies. Aun asi las chicas los
miman, los besan, se sientan en sus rodillas y los hacen consumir e
invitar.
Por la calle, en mitad del chaparron, un hombreton evidentemente yanki
se echa a su pequena amiguita thai al hombro y atraviesa los charcos.
del monzon.
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