Aunque parezca imposible en un sitio tan culto y tan central-umbilical, Georgia es también el paraíso de las pulgas y de la flora intestinal, la de la diarrea esa. Además es tierra de espías. Como en las pelis. Ayer visite a la cónsul española. Es descendiente del ultimo rey de Georgia. Gorda, amable, falsamente maternal. Su piso es un museo de la aristocracia decadente, repleto de fotos antiguas en marcos dorados decorados con coronas... pero esta muy bien relacionada. Le pregunte por los españoles secuestrados. Solo dijo generalidades, pero entre ellas soltó que habían pensado en una solución policial con geos, pero era difícil. También dijo que ella había llegado a negociar con los secuestradores pero por culpa de las mentiras que la familia contó a la prensa (que habían pagado) las conversaciones van mas lentas. Me cito en su piso (con cámaras de seguridad, triple puerta...pero en un barrio humilde). Para orientarme me dijo que estaba enfrente de una biblioteca. Resulto ser una mini biblioteca, con tres mesas, desde la que se controlaba perfectamente su puerta. Fui hasta allí con una amiga que me espero en la biblio. A la salida un señor con bigote, que se hacia pasar por Georgiano pero no conocía el idioma, nos siguió durante varias calles. También he conocido al ministro de justicia. Un jovenzuelo que hace oposiciones a mártir, con un intento de ley para que devuelvan sus propiedades ilegales el resto de ministros. Un suicida inconsciente. Como Niko Pirosmani. Era un pintor primitivista. El mas famoso pintor georgiano de la historia. Era casi rico, tenia una buena casa y mucha fama. Un día vino a Tbilisi una famosa actriz francesa. El pintor la vio en una recepción y se enamoro de ella. Al día siguiente vendió su casa y uso todo su dinero para comprar todas las rosas en el mercado en Tbilisi. Miles, quizás millones de rosas. Con ellas lleno el hall del hotel de la actriz. Ella, al levantarse quedo prendada del gesto de quien suponía un millonario y quiso conocerlo. Paso lo que pasa con las historias cursis, que el pintor no le gusto y se volvió a Francia. El se dedico el resto de su vida a pintar retratos por la calle y vivir de la ayuda de sus amigos. Murió en al miseria. Hoy Nikos Pirosmani está en los billetes de un Lari. Algo es algo. Saludos.
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