Crei que venia a Asia Central pero me encontre de pronto en mitad de la Union Sovietica. En todos los sentidos. Empece a notarlo al llegar a Alma Ata (ahora oficialmente ha pasado a llamarse Almaty, que es menos ruso). Todos estos paises sufrieron ya una globalizacion anterior a la actual. La primera globalizacion fue la sovietica. He visto los mismos bloques de apartamentos, con su parque de juegos central desde Zagreb hasta Ulan Bator. Identicos en las afueras de Varsovia, en las de Kiev, Pristina o Alma Ata. Todo igual. Tambien los pueblos son identicos (la carretera central, las hileras de arboles delante de las casas, el regajo a cada lado) en Bosnia, en Rumania y aqui en Kazajstan. Asi que es como viajar un poco menos. Estoy en Asia y en un pais esencialmente musulman pero los bazares son mercadillos anodinos, las mezquitas aburridas y modernas y el paisaje es demasiado conocido.
Apenas me instale en Kazajstan entendi que esa sensacion sovietica no es puramente visual. Aqui pervive el estilo de la URSS posiblemente mas que en ningun otro sitio. El Presidente Nazarbayev (lider del partido excomunista -y antes del comunista, claro esta-, padre de la patria, artifice de la independencia, padre de los kazacos) ayuda bastante con su presencia a esa sensacion de continuidad. Como pasaba en la Union Sovietica llegue para un proyecto y una vez aqui nada era como lo prometido. Somos cinco voluntarios internacionales, como en los chistes: un americano, un griego, una frances, un japones y un espanol.
De pronto estoy viviendo una pelicula de Nikita Mikhalhov, con sus atardeceres dorados y sus personajes excentricos. En teoria ibamos a organizar un programa social aprovechando las vacaciones de un grupo de ninos de reformatorio que pasan un mes en un campamento en la montana dentro d eun programa de tratamiento. Al llegar resulta que el campamento (un oasis en mitad dle desierto kazaco) parece un curso de formacion de pioneros. Doscientos ninos divididos en equipos que cantan consignas al andar en fila. Monitores autenticamente sovieticos (es decir, senoras con el pelo tenido de morado, senores con el polo siempre remetido por los pantalones, jovenes entusiastas y obedientes), un horario d emenos apetecible que comienza con ejercicios a las ocho de la manana en la plaza cental y acaba con discoteca en el mismo sitio a las doce de la noche. Los ninos tienen todo el dia organizado y el supuesto grupo de ninos de reforma son en verdad tres grupos donde ninos de un orfanato se mezclan con otros elegidos por ser los que mejores notas sacaron el el colegio. Todo esta organizado y apenas hemos podido montar algunos talleres que ocupan nuestro dia. Yo he montado uno para construir juguetes reciclando basura y otro de educacion sexual light. Poca cosa. Soy el unico que habla algo de ruso y hago de traductor.
Salgo de paseo y un grupo de ninos se arremolina alrededor y, como nunca han visto a un extranjero, me acribillan a preguntas. Anoto las tres primeras: Te dan miedo las aranas? conoces personalmente a Jackie Chan? Has visto el coliseo?
El campo, donde no vamos a quedarnos mas de dos semanas, visto el panorama, esta plagado de personajes y es demasiado fuerte la tentacion de pensar una pelicula: El fotografo del campo, delgado, siempre en camiseta de tirantes y con el cigarro en la boca. A menudo tambien borracho. hace fotos, especialmente, de las chicas jovenes que posan sin pudor imitando al playboy (mi primera vision de Kazajstan fue una chica en el aeropuerto con el conejito tatuado en el brazo) y luego se las lleva de paseo por los rincones y los riachuelos del lugar. El director del campo, un senor gordo con bigote que no se preocupa de los ninos pero es el propietario de las instalaciones. Se ha enamorado de la voluntaria japonesa y se pasa el dia persiguiendola con las instrucciones en japones de cualquier producto (su primera frase fue "ah, de japon, como mi camara de fotos!) para que se las traduzca aunque ni ella habla ruso ni el ninguna otra lengua. El cocinero del campo, un chico rubio, aboslutamente afeminado que da saltitos al andar y de noche se disfraza con una sabana y se para horas acechando a cualquiera que pasa por cualquiera d elos caminos dispuesto a asustarlo.
La galeria es mucho mas amplia y los dias pasan languidos y tranquilos. Las monitoras, que tienen todas en tre veinte y veintidos anos, estudiantes en taraz, anadan preocupadas por sus matrimonios y me cuentan historias y mas historias del pais. En Kazajstan una chica de veintitres anos soltera es demasiado mayor. O eso dicen. Al menos en los lugares mas musulmanes por donde yo me muevo (todo el pais lleva con normalidad una brutal dualidad entre rubios y mongoles, rusoparlantes y quienes solo hablan kazaco, musulmanes y ortodoxos. Todos se sienten kazacos, pero son dos mundos -el ruso y el asiatico- diferentes por completo).
Conservan la "divertida" tradici'on de las mujeres robadas: cualquier chico puede coger a una mujer que le guste y llevarsela a casa de sus padres. los apdres del chico tienen que estar en el ajo y la muchacha tiene derecho a irse de la casa (aunque se considera vergonzoso para la familia "de acogida" y las chicas son presionadas psicologicamente para no hacerlo) pero si se quedan, nadie se puede oponer al matrimonio. A veces los robos son de comun acuerdo entre parejas de novios para sortear la prohibicion d elos padres de ella o para rebajar sustancialmente la dote (todo el mundo, absolutamente, paga dotes cuantiosas por el matrimonio).
Irina me cuenta dos historias: Una companera en su ONG estaba enamorada d eun chico pero su familia queria casarla con otro que era mejor partido y ella acepto sumisa. Entonces el otro decidio robarla y ya nadie pudo oponerse a su matrimonio (esto se cuenta como un cuento rosa de hadas con final feliz y amoroso). Otra amiga estaba saliendo con un chico pero se tomaba la relacion mucho menos en serio que el. Entonces el chico decidio robarla; la subio a un coche y la llevo a casa de sus padres. La muchacha ni siquiera entro en la casa, cogio un taxi y se volvio con sus padres. Entonces el chico, para evitar la verguenza, salio a la calle y robo a la primera chica con la que se cruzo, y se casaron.
Asi pasan os dias, bebiendo vodka por la noche, cazando renacuajos que meto en botes para que los ninos los cuiden y los vean crecer, dando paseos por el desierto (a dos horas a pie por la estepa lisa y polvorienta hay cobertura para el movil!) y comiendo siempre tan rapido como solo los rusos saben comer. Solo me faltan los pepinillos en conserva para sentirme como en aquel koljos ucraniano donde acabe recolectando maiz hace dieciocho anos. Mas alla de los moviles de ultima generacion y la ropa falsa de marca, casi nada ha cambiado en la Union Sovietica. En Asia.
qué bien saber de tí. tengo ganas de verte y que mejor me cuente tú, de viva voz. un beso
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